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El día 16, tras la firma, nos habíamos quedado dejando un depósito en la Notaría de 300 euros como provisión para los gastos de Solicitud de NIF Provisional (coste cero) e inscripción en el Registro Mercantil. Bien, el 25 la Notaría me informó que ya podía recoger las Escrituras. Desglose de la factura, que aunque pagada con esa tarjeta de débito, sí tiene un precio que hay que desembolsar:

– Notario: 296,24 euros
– Derechos de Registro: 119,68
– Publicación en BORME: 54.58
– Total. 470,50 euros

El mismo día que recogí las Escrituras, realicé la solicitud telemática del NIF definitivo, no hace falta ir personalmente, la documentación requerida puede enviarse escaneada. Es decir, que entre exenciones de impuestos, gestiones realizadas por la Notaría y trámites telemático, hemos dejado atrás etapas y paseos como::

Pago del Impuesto sobre operaciones societarias, hasta hace poco la broma era el 1% del capital, unos 30.06 euros, teniendo que presentar el Modelo 600,  telemáticamente a través del portal del contribuyente de mi Comunidad.

Solicitud del CIF provisional, mediante presentación telemática del Modelo 036.

Inscripción en el Registro Mercantil. Tendría que haber vuelto al Registro para depositar la Escritura, junto la carta de pago del Impuesto de Operaciones Societarias.

 Si hubiera tenido tiempo me hubiera gustado ir personalmente, por la cuestión simbólica de que a partir de éste momento es cuando se adquiere formalmente la personalidad jurídica, y oficialmente cuando sale publicado en el Boletín.

Bueno, pues ya nos queda solo completar otro Modelo 036  para darnos de alta en los correspondientes IAE e informar del Régimen de IVA y otras obligaciones a las que estaremos sujetos en el desarrollo de nuestra actividad, pero estos puntos prefiero desarrollarlos en escritos dedicados al tema fiscal.

Termino esta trilogía con un epílogo que no debe olvidarse: Legalizar nuestros libros en el Registro mercantil. Sí, hay que volver al Registro Mercantil, porque toda sociedad ha de tener un libro de actas (acuerdos JD) y un libro de socios (identidad de los mismos y participación sobre el capital, así como las compras y ventas de esas participaciones.)

En fin, como me dijo el Notario tras firmar: ahora solo queda trabajar.