Leo con interés los artículos que hablan sobre Asesorías, muchos escritos por empresas de software de gestión, por lo que hacen hincapie en el efecto de la tecnología, eliminación de procesos de intercambios de documentación que agiliza plazos hasta el punto de poder tener la contabilidad al día.
Estas reflexiones nacieron al leer el post “Hacia la auténtica Asesoría”, donde equiparan el servicio de una Asesoría al de una Dirección Financiera contratada por horas, capaz de facilitar informes para la toma de decisiones.
La idea suena bien, y más ahora que hay que reducir costes, pero creo que faltan piezas para terminar de construir este puente entre la Entidad y su Asesoría. Piezas como qué necesidades tengo, la formación y el conocimiento mutuo de ambas orillas. Me explico:
En la orilla de la Entidad (o autónomo) se sigue viendo la contabilidad como una obligación legal y no como fuente de información, quizá por carecer de formación económica para interpretar los estados financieros. Y aquí es donde veo el peligro de la idea de externalizar el puesto de Dirección Financiera, es decir, el puesto donde confluyen los conocimientos, técnicos y económicos, de la actividad y de la Entidad, para poder realizar análisis y preparar informes para la toma de decisiones.
El primer paso es ser conscientes de qué funciones queremos externalizar.
Con la Gestoría externalizamos las tareas administrativas necesarias para, cumpliendo con la ley, tener un primer informe económico-financiero de la Entidad, es decir, una Contabilidad. No saber interpretar/leer esas Cuentas Anuales, es como comprar el Quijote y no leerlo. Querer que nos interpreten las Cuentas y preparar informes, es un terreno de la Asesoría. Pero conviene subrayar que esta externalización no puede ser lo mismo que tener a una persona con la destreza que da la visión diaria de la actividad desde dentro. Por eso los responsables de la gestión deben hacer el esfuerzo de formarse en materia de gestión económica, empezar a dar la importancia que tiene la Contabilidad y otros procedimientos de gestión y control económico. Cierto que la contabilidad tiene una parte burocrática y mecánica, pero tras esa recogida de datos, está la función de analizar la información. Por eso, se externalice o no, quien recibe esos informes, digamos Dirección General, debe saber interpretarlos mínimamente.
Vayamos al otro lado de la orilla.
Aquí la Gestoría/Asesoría también debe hacer un esfuerzo para unir el puente. La flexibilidad del Plan General de Contabilidad, permite adaptar el Plan de Cuentas a la realidad particular de la Entidad. A falta de una experiencia en el Sector, debería existir la predisposición para escuchar qué necesita y quiere el cliente. Una forma de no llevarse a engaños, y lo digo porque he vivido en los dos lados del río. Este esfuerzo es importante hacerlo al principio, dejar bien claro en qué márgenes se mueve la colaboración para saber cuándo se está demandando servicios nuevos. Al igual que no es lo mismo la gestión de nóminas, elaborar contratos, finiquitos e indemnizaciones, que asesorar en caso de despidos, o que un servicio jurídico en caso de juicios. En contabilidad pasa igual, no es lo mismo elaborar las Cuentas Anuales, que elaborar un informe financiero interno, que un informe para un Concurso de Acreedores.
En definitiva, ni unos deben llevar contabilidades como quien hace churros, ni la Entidad o autónomo creer que tiene contratado un asesor 24h. En éste sentido mucha publicidad (incluida la de alguna entidad bancaria) puede llevar a engaño ofreciendo unos servicios ambiguos a bajos precios. No es lo mismo gestoría, que asesoría o que un trabajo de consultoría, y por tanto, el precio/coste tampoco es igual.